COMENTARIO DE EL DÍA
Perdemos turistas y lo perdemos todo
powered by plista
Sin comentarios de los lectores. ¿Quiere ser el primero?
Gracias por realizar su comentario.
Se publicará tras ser revisado
Se publicará tras ser revisado
Texto:
Ay, Andrés, mi niño, ¡qué alegría!.
Vuelven tus editoriales a ser como antes. Sólo falta algunas referencias al secarral, a los canariones que vienen en el ferry de Armas a quemarnos nuestros bosques, a la agencia de viajes canariona que les oferta un pack de fin de semana de cuatro plazas + vehículo + alojamiento + lata de 5 litros de gasolina a un precio asequible, culpar a Paulino Rivero del terremoto de 3,5 en la escala Ritcher frete a El Sauzal, los “clorocos” sobre la mesa y un “mariconsón”, que le da un toque caribeño a la cosa.
Ay, Andrés de mis entretelas. Veo que no te olvidaste el último párrafo ensalzando al Lehendakari Txlavijo, eso es fundamental, Andrés. Me gusta cuando me haces caso, pero me sigues ignorando, Andresito. Es importante marcar la diferencia entre “gay” y “maricón”, Andrés. Yo siempre lo he tenido claro: el “gay” tiene una categoría social y una capacidad intelectual y adquisitiva superior al “maricón”, eso es básicamente lo que les diferencia. Por eso en la isla del secarral hay más “maricones” que “gays”.
Está muy bien eso de que es “Un individuo que estaba pasando por macho cuando nunca lo ha sido”. Los pájaros tataritas siempre lo disimulan, Andrés, y tú lo sabes bien, mi niño, que tienes la agudeza visual para detectar el cañaveral en la retambufa ajena pero lo niegas en la tuya propia con tu prosa poética cada vez que puedes. Tú también podrías salir del armario si quisieras, mi niño. No sé si estás al tanto de la nomenclatura gay, pero te diré que si fueras peludo serías un “osito”, pero como eres gordito, calvete y con pancetitas, pareces más un “cerdito” que otra cosa, un cochinito blanco, un lechoncito. Claro que igual si sales del armario no serías “gay” sino un fuerte “maricón”, es un suponer, porque ahora andas flojo de perritas y tu capacidad intelectual a la vista de este editorial te retrata, pero además es que esa fijación con las retambufas (hasta de la de Gandhi te preocupaste) también te delata, Andrés.
Ya sabes que a mí eso no me importa porque lo mío hacia ti es platónico y puro, un enamoramiento de tu prosa poética y tu espíritu de periodista bandido, pero me gustaría ver si es verdad que te depilas la retambufa y que tienes una flor de lys tatuada y que tu amigo del alma, ese que te compraba los libros con dinerito público, también tiene otra. Como bien acabas de decir “nosotros le recomendamos a menudo que no se afrente por ser gay, ya que eso no es ningún motivo de escarnio hoy en día”, así que debes aplicarte el cuento y no tomarte como un escarnio que te recuerde tu obsesión por las retambufas ajenas.
Por eso, Andrés, si un día te agachas y observas que tienes dos pares de clorocos no pienses que eres un periodista bandido tan “machote” como aseguras ser: relájate y disfruta.
Vuelven tus editoriales a ser como antes. Sólo falta algunas referencias al secarral, a los canariones que vienen en el ferry de Armas a quemarnos nuestros bosques, a la agencia de viajes canariona que les oferta un pack de fin de semana de cuatro plazas + vehículo + alojamiento + lata de 5 litros de gasolina a un precio asequible, culpar a Paulino Rivero del terremoto de 3,5 en la escala Ritcher frete a El Sauzal, los “clorocos” sobre la mesa y un “mariconsón”, que le da un toque caribeño a la cosa.
Ay, Andrés de mis entretelas. Veo que no te olvidaste el último párrafo ensalzando al Lehendakari Txlavijo, eso es fundamental, Andrés. Me gusta cuando me haces caso, pero me sigues ignorando, Andresito. Es importante marcar la diferencia entre “gay” y “maricón”, Andrés. Yo siempre lo he tenido claro: el “gay” tiene una categoría social y una capacidad intelectual y adquisitiva superior al “maricón”, eso es básicamente lo que les diferencia. Por eso en la isla del secarral hay más “maricones” que “gays”.
Está muy bien eso de que es “Un individuo que estaba pasando por macho cuando nunca lo ha sido”. Los pájaros tataritas siempre lo disimulan, Andrés, y tú lo sabes bien, mi niño, que tienes la agudeza visual para detectar el cañaveral en la retambufa ajena pero lo niegas en la tuya propia con tu prosa poética cada vez que puedes. Tú también podrías salir del armario si quisieras, mi niño. No sé si estás al tanto de la nomenclatura gay, pero te diré que si fueras peludo serías un “osito”, pero como eres gordito, calvete y con pancetitas, pareces más un “cerdito” que otra cosa, un cochinito blanco, un lechoncito. Claro que igual si sales del armario no serías “gay” sino un fuerte “maricón”, es un suponer, porque ahora andas flojo de perritas y tu capacidad intelectual a la vista de este editorial te retrata, pero además es que esa fijación con las retambufas (hasta de la de Gandhi te preocupaste) también te delata, Andrés.
Ya sabes que a mí eso no me importa porque lo mío hacia ti es platónico y puro, un enamoramiento de tu prosa poética y tu espíritu de periodista bandido, pero me gustaría ver si es verdad que te depilas la retambufa y que tienes una flor de lys tatuada y que tu amigo del alma, ese que te compraba los libros con dinerito público, también tiene otra. Como bien acabas de decir “nosotros le recomendamos a menudo que no se afrente por ser gay, ya que eso no es ningún motivo de escarnio hoy en día”, así que debes aplicarte el cuento y no tomarte como un escarnio que te recuerde tu obsesión por las retambufas ajenas.
Por eso, Andrés, si un día te agachas y observas que tienes dos pares de clorocos no pienses que eres un periodista bandido tan “machote” como aseguras ser: relájate y disfruta.
Nombre: Juana María del Sagrado Corazón
http://censuraeneldia.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario